Felicidades a las trabajadoras de la ESCEG en el día internacional de la mujer

La mujer cubana estuvo en las milicias, en la Campaña de Alfabetización, en cada programa económico y social que emprendió el naciente proceso revolucionario por entonces y en los años que seguirían; se superó a la par que trabajaba y cuidaba de los hijos, en universidades o en la Facultad Obrero Campesina durante las noches. Su integración plena y fructífera a la sociedad fue, gracias a derechos ganados y a su tesón cotidiano, una Revolución dentro de la Revolución.
No solo aprovechó con sabiduría, voluntad y orgullo cada oportunidad y espacio que le dio la nueva sociedad, sino que reclamó y ocupó nuevos espacios con trabajo constante, esfuerzo de superación y talento. Hoy, mirar a cualquier esfera de la vida nacional permite ver y comprender que la mujer no es minoría ni complementa: es protagonista e imprescindible. Es maestra o profesora y académica; está en el campo y los centros de investigación, en centros productivos y en la industria de servicios; dirige empresas y ministerios; es activa en las industrias creativas y en las artes y la cultura, en el sector estatal y el no estatal, en pequeños emprendimientos económicos y en los más importantes proyectos que garantizan el futuro del país. En el 70% de los principales proyectos de investigación y ensayos clínicos que se están realizando como parte del enfrentamiento a la COVID-19, el investigador principal es una mujer.
También hay miles de rostros femeninos entre aquellos que cada día en la investigación científica y la atención a pacientes; en laboratorios, hospitales y en zona roja; en el aseguramiento de centros de aislamiento y en las pesquisas han llevado adelante el esfuerzo nacional contra la pandemia o han apoyado a otros países como parte de las brigadas del contingente médico Henry Reeve.
Están presentes en los diferentes niveles de Gobierno y son una voz decisiva en el Parlamento. Nunca en estos 60 años ha dejado la mujer cubana de perseverar, nunca ha dejado de educar y a la vez superarse elevando su nivel educacional y profesional. En medio de tal esfuerzo, nunca dejó de ser central en la familia, de lograr un balance entre su vida social y familiar, de responder creativa y sacrificada a oportunidades y retar y superar con audacia estereotipos patriarcales que aún perviven en la sociedad.
Llegue en este día internacional de la mujer la mayor de las felicitaciones a todas las cubanas, especialmente a las trabajadoras de la ESCEG, ejemplo de entrega y sacrificio; batalladoras en la docencia, la investigación y la innovación. Ellas han demostrado con su estirpe de Mariana que sí se puede, su participación ha sido determinante en todas las tareas de la Escuela y así lo demuestran los resultados alcanzados.
FELICIDADES!!!!!